Madrid, Madrid, Madrid

“Sólo te nutre tu vívida esencia. Duermes al borde del hoyo y la espada. Eres mi casa, Madrid: mi existencia, ¡Qué atravesada!”  Miguel Hernández

Madrid, Villa de Madrid…no se puede percibir tanta belleza en tan poco tiempo. Andar por las calles de esta gran ciudad te hace que el reloj avance sin control y se te pasen los segundos, las horas y los minutos en lo que te dura un suspiro al ver cualquier elemento arquitectónico de la ciudad.






Y es que en esta ciudad te da para mucho y yo lamentablemente en esta ocasión no tuve mucho tiempo para detenerme en cada avenida.
Ciudad histórica de mezclas de cultura, de mezcla de todo, con un orden caótico que me hace compararlo cada vez aunque no lo quiera con la ciudad que actualmente vivo. Buenos Aires.









Parece que el Océano Atlántico es un eje de simetría en el que se proyectan ambas ciudades, Buenos Aires loca y acelerada, Madrid acelerada y loca, cada una con sus pros y sus contras pero las dos con su mezcla de identidades y con la búsqueda de todas estas nacionalidades que habitan en cada ciudad de su propio sitio.
Hablar del Retiro es hablar de Historia, de literatura, de películas de todo y sobre todo es hablar del pulmón que alimente y da vida a esta ciudad. Es hablar de la denostada monarquía y su afán de ser recordados cada uno de ellos durante años y siglos en sus delirios de grandeza que de vez en cuando sirven para el deleite de la vista por casi cuatro siglos y que han sido escenario de rebeliones, guerras y reconstrucciones.



En ocasiones veo a Madrid en blanco y negro, porque creo que la arquitectura actual carece de un gran colorido y deja imaginar a cada uno sus propias formas y su propia personalidad ya que en Madrid conviven perfectamente las nuevas arquitecturas con las construcciones clásicas.


Continuando con las comparaciones, Gran Vía será como Avenida de Mayo con sus fachadas historicistas y sus cúpulas en lo alto de cada edificación.

Lástima que mi tiempo en Madrid es corto pero me da para reconocer que cuando vivía en España era en ocasiones ciego a ciertos escaparates y lugares que tienen una vida increíbles y que ahora que lo tengo lejos se echa de menos. Eso dicen, no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, o como en mi caso, hasta que lo tienes pero lejos por lo que me queda y puedo prometer que en mi retorno, recorreré cada calle de Madrid empapándome de la historia vida de la ciudad.



Hasta Pronto Madrid

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